La Mezquita en Almonaster La Real invita y seduce a la exploración, llamando a los visitantes a desentrañar las capas de sus maravillas históricas y arquitectónicas. Encarna una fusión armoniosa y perfecta de diversas influencias, la tranquilidad de la naturaleza y una narrativa perdurable meticulosamente grabada en sus piedras antiguas. Este santuario rural se erige como crónica viva, invitando a todos a presenciar el paso del tiempo, el entrelazamiento de culturas y la resistencia de la creación humana ante la prueba de los siglos.
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Adéntrate en el intricado tapiz de historia y arquitectura que define la Mezquita de Almonaster La Real. Más allá de su serena fachada, se esconde un tesoro de amalgama cultural y brillantez estructural. Esta 'antigua iglesia de los moros', nombre registrado en un documento de 1583 preservado en el Archivo General de Simancas, fue construida durante el reinado de Abd al-Rahman III.
Evolución Arquitectónica a lo Largo de los Siglos
La Mezquita de Almonaster La Real es un testamento vivo del paisaje arquitectónico en evolución de España. Construida a finales del siglo IX o principios del X durante el reinado de Abd al-Rahman III, esta mezquita encapsula una convergencia de influencias arquitectónicas romanas, visigodas e islámicas.
Fusión de Diversas Influencias
Al examinarla detenidamente, la estructura de la mezquita desvela el legado de sus predecesores. Columnas romanas reutilizadas y capiteles visigodos integrados en su construcción reflejan un esfuerzo consciente por asimilar diversos elementos culturales. Detalles como el mihrab, adornado con un nicho semicircular de ladrillo y un arco de herradura, resuenan con la artesanía de la arquitectura islámica.
Cronología de Transiciones
El lugar donde se erige la mezquita fue significativo para diversos pueblos y culturas que pasaron por Almonaster a lo largo de la historia. El edificio actual ha permanecido durante más de mil años, siendo utilizado con fines religiosos tanto por musulmanes como por cristianos.
Historia: Época Romana e Islámica
Durante la época romana, aparentemente existía un enclave militar junto a un edificio sagrado en este lugar. En el siglo VI, fue convertido en un monasterio visigodo (de ahí el topónimo del pueblo de Almonaster - Almunnastyr - El Monasterio), el cual desapareció con la llegada de los musulmanes a la península ibérica. El área fue luego conquistada por el gobernador Abd al-Aziz ibn Musa, con colonos bereberes dependientes de los gobernadores de Córdoba. El primer testimonio escrito sobre Almonaster se remonta a 822, aunque no menciona la existencia de la mezquita.
Entre los siglos IX y X, se erigió la mezquita en el lugar como una nueva estructura, utilizando materiales de edificios romanos y visigodos preexistentes, especialmente columnas y capiteles, tanto en la estructura como en la decoración. El complejo arquitectónico y el pueblo circundante estaban cerrados dentro de un recinto amurallado. Durante el Califato de Córdoba, hasta su disolución, el asentamiento fue importante en la región, manteniendo su relevancia incluso después de que Almonaster se convirtiera en parte del Reino Taifa de Badajoz. Con la invasión almohade, esta zona montañosa luchó por mantener su independencia hasta caer en 1111. A juzgar por la importante función defensiva de Al-Munastyr durante esos últimos años de avances de los reinos cristianos, el movimiento humano alrededor de Almonaster y su mezquita debió ser muy relevante.
Composición Estructural y Significado
Parte de un complejo que incluye, además del oratorio, una antigua fortaleza musulmana adyacente a una plaza de toros, el diseño de la mezquita sigue los cánones arquitectónicos del periodo califal.
Tiene planta trapezoidal, una forma probablemente determinada por la pendiente del terreno. La estructura del templo sigue una organización clásica de lugares de culto islámicos, con dos espacios distintos: el patio de abluciones o sahn y la sala de oración o haram, formando un área cuadrada de unos once metros por lado. La sala de oración consta de cinco naves de anchuras variables. Sus arcos, al igual que los de la Mezquita de Córdoba, corren transversalmente a la qibla. La nave central es más ancha que las dos siguientes, que, a su vez, son más anchas que las dos exteriores. Las secciones en el lado sur son más amplias que las demás, resultando en una clara forma de "T". El patio, una extensión de las dos naves laterales occidentales, está parcialmente excavado en la roca.
El mihrab, el lugar más sagrado y donde se realizaban las oraciones, se encuentra en el extremo oriental, orientado hacia La Meca. Es un nicho profundo hecho de ladrillo y piedra con un aspecto antiguo, habiendo perdido su cubierta.
Los materiales de construcción incluyen ladrillo, sillares de granito y mampostería. Se reutilizaron materiales como altares funerarios romanos, columnas y capiteles de los siglos I y II, así como fragmentos visigodos de los siglos V y VI, como una losa epitafio, una pantalla de iconostasio, una cimatium y un dintel. Los arcos están hechos de ladrillo y descansan sobre una serie de diversos soportes, algunos son fustes de columna, otros pilares de piedra.
Al norte, fuera del edificio, al oeste del mihrab, se encuentra un minarete de planta cuadrada. La mezquita probablemente tenía solo una entrada en la primera sección norte de la nave central. Su luz limitada provenía del patio, la puerta y tres ventanas estrechas o troneras, dos de ellas a la izquierda y derecha del mihrab.
Era Cristiana y Presente
Los cristianos reconquistaron Almonaster en el siglo XIII, respetando la mezquita y convirtiéndola en una ermita, realizando algunas modificaciones menores en los años posteriores.
En 1230, la Orden Militar del Hospital incorporó Almonaster y parte de la sierra al Reino de Portugal, permitiendo la repoblación del área. Sin embargo, no fue hasta 1253 cuando el Papa Inocencio IV, para evitar disputas sobre el territorio del Algarve, incorporó el área al este del río Guadiana en la Corona de Castilla, específicamente en el Reino de Sevilla, bajo la señoría eclesiástica del Arzobispo de Sevilla.
A lo largo de los siglos XIII y XIV, casi toda la población vivió protegida detrás de los muros de la fortaleza hasta que, en el siglo XV, Almonaster dejó de ser un bastión defensivo. La Archidiócesis de Sevilla dejó de prestar atención preferente al templo, lo que llevó a su lento deterioro. Documentos de 1583 describen el estado del templo, estimando su valor en 14,000 ducados y refiriéndose a la mezquita como la "antigua iglesia de los moros". Cuando se convirtió en ermita, la mezquita probablemente tomó la advocación de Santa María, ya que en el siglo XV el templo ya es referido como Nuestra Señora de la Concepción.
Modificaciones Cristianas y Su conservación
La mezquita sufrió alteraciones durante la época cristiana, presenciando adiciones como un ábside agregado al lado oriental de la mezquita. Su cúpula semiesférica de ladrillo fue construida en la primera mitad del siglo XVIII. Contiene restos de pinturas murales del mismo período con decoración vegetal y tondos que representan a Padres de la Iglesia Latina. Tras el ábside, hay una sacristía y en el lado occidental, se añadió un pórtico mudéjar junto con la torre del campanario. Esta alteración dio al edificio un nuevo eje central y, en consecuencia, una nueva orientación litúrgica, con la transformación en la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, correspondiente a la nueva religión.
También se reconstruyeron la puerta antigua y el lado norte. Se descubrieron dieciséis tumbas sin fecha en la sala de oración, mientras que un gran lavabo se encuentra en la esquina noreste.
A pesar de estas modificaciones, la esencia de su arquitectura islámica permanece notablemente intacta, ofreciendo una rara visión de la síntesis de diferentes influencias culturales y religiosas.
Legado Cultural Perduradero
Declarada Monumento Nacional en 1931 y protegida por las leyes del patrimonio español, la Mezquita de Almonaster La Real no solo es un artefacto histórico, sino un testamento vivo del tejido multicultural de España. Su preservación hace eco de un compromiso de conservar y celebrar el rico patrimonio cultural entrelazado en sus antiguos muros.
Referencias: Barroso Trujillo, M. A. (2005). Almonaster... frontera abierta. Ayuntamiento de Almonaster la Real.
Carriazo Rubio, Juan Luis (2004). Huelva, tierra de castillos. Excelentísima Diputación Provincial de Huelva. ISBN 84-8163-414-X.
Varios autores (2007). La ruta de los castillos. Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Excelentísima Diputación Provincial de Huelva. SE-1452-07.